Un coupage de Syrah y Cabernet Sauvignon, con 7 meses de crianza en roble francés, y una edición limitada de 850 botellas. Memoria Perdida – 2008, es el nombre de esta cosecha, un homenaje a los vinos de antes, aquellos vinos que se hacían sin ciencia ni pretensiones, un vino que reflejara la tierra y el viñedo de donde proceden, es en definitiva una continua búsqueda de la “memoria perdida” de los vinos de antaño.
J.M. Marquéz